Pizza Margarita:
la pizza “napolitana” (de esta deriva la que hoy consideramos pizza) tiene origen hace aproximadamente tres siglos atrás. Nace en los tiempos del Iluminismo, y adquiere su fama en la época de la Revolución Francesa, cuando de las mesas del pueblo comienzan a llegar a la mesa de los Nobles; Fernando IV ordena construir en sus jardines, un horno especial para las pizzas que ofrecía a todos sus huéspedes. Desde 1800 en adelante la pizza se convierte en casi “un símbolo de Italia”. Comienzan a surgir las primeras pizzerías (la mas antigua data de 1830, en Port´Alba Italia) y algunas permanecen celebres en la historia, en sus locales cubiertos de mármol y donde rugían oscuros hornos, se reunieron personajes famosos, protagonistas de un desenfreno Partenopeo que jugó un papel importante en la historia de Italia. La Reina Margarita, en 1890, tomó unos días de descanso en Capodimonte, se entusiasmó tanto con la pizza que, dado que su cocinero no sabía prepararla, hizo llamar a un tal Rafael Espósito, experto de la época, quien se trasladó al Reino para preparar la pizza con muzzarella y tomate; así nació la celebre “pizza Margarita”, que todavía es recordada como “La Reina de las pizzas”.
Ingredientes (10 personas)
Para la masa
- 300g de harina,
- 20 g de levadura
- 1/8 de agua tibia
- ½ cucharadita de sal
- 2 cuchadaras de aceite de oliva
Para la guarnición
- 850 g de tomate pelados
- 2 bolas de mozzarella (400 g de mozzarella en barra)
- 20 hojas de albahaca
- sal y pimienta negra a gusto
Strúffoli (Strúffole):
el nombre (strúffolo) viene del griego strogúlos y nos hace remontar a la época en que Nápoles era una colonia Helénica. Además, el origen griego se deduce de los ingredientes miel y fruta abrillantada, que son usados frecuentemente en Grecia donde es posible encontrar algo muy parecido a los Strúffoli. Y aquí les contamos nuestro secreto mejor guardado: después de poner en la mesa harina y hacer un hueco en el medio, colocar 3 huevos y 3 yemas, manteca, azúcar, ralladura de limón, fruta abrillantada picada y una pizca de sal. Trabaje la masa hasta que no se pegue en las manos. Deje reposar un par de horas cubierta por una servilleta. A continuación tome pedazos de masa y haga rulos del tamaño de un meñique, que se cortan en trozos de un centímetro, y se fríen en abundante aceite caliente. Cuando estén dorados se ponen a escurrir sobre un papel absorbente. A parte, mezcle en una cazuela miel, azúcar y medio vaso de agua, y deje fundir a fuego suave hasta que la espuma que aparece haya desaparecido. En ese momento incorpore los Strúffoli y mezcle bien con una cuchara de madera, para que todos se llenen de miel. Luego dispóngalos en un plato grande, forme un cerco y adorne con el resto de la fruta abrillantada y grana de colores. (nosotros llamamos “diavulille” o sea diablitos pues se parecen a las chipas de una alegre fogata con brío luciferino).
Ingredientes
- 400g de harina,
- 4 huevos,
- 50g de manteca blanda,
- 1 copita de anís,
- aceite para freír,
- 1 taza de miel,
- 50g de frutas confitadas,
- 50g de cáscara de naranja confitada,
- 100g de confites de colores.
Preparación
Formar sobre la mesa una montaña con la harina, hacer un hoyo, poner allí los huevos, la manteca, una pizca de sal y el anís. Formar una masa con todos los ingredientes y amasar el bollo, luego dividirlo en trozos del tamaño de una naranja, extenderlo en cilindros largos del grosor de un dedo y cortarlo en trozos de 2cm. Freírlos en abundante aceite hirviente, de a poco por vez, hasta dorarlos; escurrirlos e ir colocándolos sobre una hoja de papel absorbente.
Disolver la miel al calor en una sartén grande, agregar los bollitos y mezclarlos con la miel, a fuego lento, hasta que queden bien impregnados.
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Anónimo
en
19:11
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